lunes, 11 de febrero de 2013

4º ESO. MARIANO JOSÉ DE LARRA.

Mariano José de Larra nació en Madrid. Hijo de un médico militar afrancesado que huyó a Francia al acabar la Guerra de Independencia, estudió interno en un colegio parisino. Vivió en Madrid, donde fundó el periódico "El duende satírico del día". Mantuvo con Dolores Armijo, una mujer casada, una conflictiva relación amorosa hasta que ella lo abandonó. Estuvo casado con Pepita Wetoret, un amor desgraciado. Murió en Madrid de forma trágica en 1837.

Larra comenzó escribiendo en prensa, pero fue en los artículos periodísticos donde alcanzó su mayor nivel literario. Firmaba con el pseudónimo de Fígaro. Sus artículos, que reflejan la actualidad española del momento, se han clasificado tradicionalmente en literaros, de costumbres y políticos. Critican todos la mediocridad, el atraso, presentan una visión liberal y tolerante y con perspectiva europea y francesa. Pensaba que el escritor debe reflejar la verdad y contribuir al progreso con una obra útil.

"El Estamento de Proceres"

Allá en el retiro. Cosa singular. ¡ Y no hay un Ministerio que dirija las cosas del mundo, no hay una inteligencia provisora, inexplicable! Los próceres y su sepulcro en El Retiro.
El sabio en su reino y el villano en su rincón.
Pero ya anochecía, y también era hora de retiro para mí. Tendí una última ojeada sobre el vasto cementerrio. Olía a muert próxima...El gran coloso, la inmensa capital, toda ella se movía como un moribundo que tantea la ropa; entonces no vi más que un gran sepulcro; una inmensa lápida se disponía a cubrirle como una ancha tumba.
No había aquí yace todavía; el escultor no quería mentir; pero los nombres del difunto saltaban a la vista ya distintamente delineados...
Una nube sombría lo envolvió todo. Era la noche. El frío de la noche helaba mis venas. Quise salir violentamente del horrible cementerio. Quise refugiarme en mi propio corazón, lleno no ha mucho de vida, de ilusiones, de deseos.
¡Santo cielo! También otro cementerio. Mi corazón no es más que otro sepulcro. ¿Qué dice? Leamos ¿Quién ha muerto en él? ¡Espantoso letrero! ¡Aquí yace la esperanza!

¡Silencio, silencio!

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